Alquimia Rúnica
La Alquimia Rúnica se conoce como el Arte de subir la Escalera de Fionn, cada escalón de la cual representa una lección aprendida o una nueva etapa en la vida, cuyo objetivo principal es el perfeccionamiento personal continuo. Esta serie de lecciones y una cadena de renacimiento, representan el concepto druídico de la transmigración del alma. De acuerdo con las fuentes celtas, y luego germano-escandinavas, el renacimiento del alma se realiza en las condiciones de su movimiento por los escalones, y con cada renacimiento la acerca cada vez más a la comprensión del Espíritu Verdadero.
Los celtas de las islas británicas han sintetizado los conocimientos de pitagóricos, arios, íberos, normandos y tribus locales, lo que les ayudó a crear un sistema coherente de creencias en la Inmortalidad. Desarrollaron un poderoso sistema mágico, basado en conocimientos previamente existentes o en la experiencia adquirida de cómo lograr la Inmortalidad.
Las runas son símbolos ideográficos poseedoras de un enorme poder sellado en ellas. Pero quizás lo más importante es el sistema operativo de Asgard, o el Noveno nivel del macrocosmos. El sistema operativo de las runas es el Arte de tallar el espacio y se correlaciona con determinada parte del cerebro, que se expresa mediante el concepto de “Cerebro de Erilaz”. Erilaz es alquimista que domina el poder de las runas (este concepto ha pasado al inglés contemporáneo del “earl”: noble, ilustre, majestuoso).
El uso de las runas es una forma de luchar contra los espacios inferiores. Este concepto formó la base de toda la mitología germano-escandinava bajo el concepto alegórico de “lucha”, que en realidad significa la capacidad de operar con la conciencia superior, que era a lo que aspiraban los antiguos alemanes y escandinavos.
La Miel de la Poesía
La miel de la poesía es una bebida especial de la tradición germano-escandinava, un sorbo de la cual convierte a uno en un hábil poeta. Esta bebida es el producto de un acto alquímico que procede de la cognición del sistema «moira», que representa el arte de hacer funcionar la mente. Este arte permite mezclar y materializar la esencia que nutre nuestro cerebro, lo que simplemente puede denominarse el arte de mezclar la saliva. Este producto se considera figurativamente una bebida cuya receta pertenece a la autoría de Odín. Tomar esta bebida conduce a una vitalidad renovada e incluso a la formación de un nuevo cuerpo de Kvasir (un sabio mitológico que surgió de mezclar la saliva de los dioses Vanes y Ases). El cuerpo de Kvasir, según la tradición, se transforma en un elixir, que recibe el nombre de miel de la transformación.
La Fuerza rúnica
La existencia humana es una especie de programa. Leer y descifrar información es un aspecto importante del desarrollo, que consta de dos condiciones: la capacidad de leer y la capacidad de descifrar. Aprendiendo a leer, podemos mejorarnos, modificar nuestro programa.
Lo que modifica el programa representa el poder, y en el caso de las runas es el poder mental. Al principio, la fuerza que llevamos dentro está enrollada según el esquema de nuestra existencia. Es importante aprender a desplegarla, llenando la tensión rúnica, para que al plegarse quede al menos enriquecida, tonificada. Esta peculiar ingeniería rúnica es importante para mejorar la naturaleza humana, la capacidad de operar procesos tanto racionales como irracionales.
Alquimia rúnica. El primer género (Fyrst Ætt)
El primer género de conexión rúnica es una representación del espacio en el que nacen 24 tipos de tensión. Desde el punto de vista de la alquimia rúnica, el espacio no debe considerarse caótico y desordenado. Aunque esto puede representarse en una escala inferior del macrocosmos asociada con campos débiles, el sistema rúnico se basa en ciertas formas de permanencia, independientemente de qué campos y en qué cantidad se pueden representar. En otras palabras, las runas no son signos planos, son los tipos de tensiones en el espacio que representa El primer género.
Alquimia rúnica. El segundo género (Annað Ætt)
Las runas, que representan el segundo género (Annað ætt), son símbolos integrales-ideogramas de gran poder. Son el sistema operativo de Asgard, o el noveno nivel del macrocosmos. El sistema de runas representa el arte de cortar el espacio, se correlaciona con una parte específica del cerebro, que se expresa con el concepto de “cerebro de Eril”. Eril (ioril) es un alquimista que posee el poder de las runas. Este concepto pasó a earl (eri, iorl), la palabra de inglés moderna la que significa noble, majestuoso.
El uso de runas de segundo género es una forma de luchar contra los espacios inferiores. Esta noción formó la base de toda la mitología germano-escandinava bajo el concepto alegórico de la capacidad de “luchar”, que en realidad significa la capacidad de operar con una conciencia superior y no caer bajo la presión de una inferior, a lo que aspiraban los antiguos germanos y escandinavos.
Las runas:Alquimia Rúnica. Tercer género (Þriðja Ætt)
El tercer género es un algoritmo rúnico que vincula procesos orientados a la naturaleza del cielo (Asgard).
Tercer género (Þriðja Ætt):Alquimia rúnica. El Cuarto género (Fjórða Ætt)
El sistema oráculo rúnico es una herramienta esencial para el desarrollo del sistema operativo del cerebro. Permite no sólo adivinar y predecir, sino formar la fuerza interna de la predicción. Para comprender el oráculo rúnico y las runas, es importante comprender las propiedades de la conciencia rúnica, o conciencia del Cuarto género. Esta conciencia se caracteriza por el esfuerzo de Loki (la deidad de la verdad, el discernimiento, la magia y la transformación en la tradición germano-escandinava). Este esfuerzo implica una conexión especial de la cabeza, el cerebro y la conciencia.
Según la tradición de la alquimia rúnica, la formación de este esfuerzo se remonta a los tiempos en que la dualidad del cerebro se manifestó en la Tierra, que era necesario cerrar, es decir, unir el cerebro, “coserlo”. Para eso se crearon las runas. Es decir, Loki es una conciencia humana condicional nacida en nuestra Tierra, que contiene muchas conciencias, pero no están unidas entre sí.