Redes neuronales plegables “RaEiL”
Las redes neuronales rúnicas plegables nos permiten percibir el perímetro de la imagen y su enfoque, descomponer lo que vemos en sus componentes. Hasta cierto punto, enrollamos lo que vemos para transmitir lo visible a nuestro espíritu. Este es un formato de inmersión especial, relacionado con la física del proceso de concentración. Así se consigue el acceso a la fuente de poder.
El acceso a la fuente de poder es un concepto universal, cuyo conocimiento depende de la capacidad de controlar los procesos que aumentan nuestro potencial. Sea lo que sea que llamemos fuerza, tiene una raíz, una fuente conectada con nuestra conciencia, el cerebro, el lugar donde se ejerce nuestra capacidad superior de construir. En este lugar se acumula el poder físico, energético y mental, y a través de este centro no solo tenemos acceso al poder, sino que también experimentamos la percepción de nuestro espíritu.
Esta experiencia forma nuestra realidad personal con su tiempo caracterizado por la permanencia. Esto nos lleva más allá de la fragmentación mental, cuando no estamos reteniendo la conciencia, sino que la conciencia nos está reteniendo. Para conocer este poder es importante que ganemos libertad interior, que desarrollemos un cierto potencial energético, que no puede alcanzarse sin la alineación del cerebro. Al mismo tiempo, la fuerza real es una matriz con su propio volumen de energía y capacidades de asimilación. La matriz no puede limitar. Ella estructura. Es una especie de cadena, un sistema.
El acceso a una fuente de poder no es una búsqueda de fuerza, sino una estructuración que tiene un período ilimitado de desarrollo. Es decir, no tiene un umbral, aunque nos presenta nuestra restricción personal precisamente para que tengamos la dirección necesaria no en amplitud, sino en profundidad. La fuerza es un flujo, un flujo regulado, que es importante poder cambiar. Detrás de la fuente de poder no hay que llegar a ninguna parte y buscarla fuera, está dentro de nosotros. Es importante encontrar algo en lo que apoyarse y seguir ese apoyo.
Lo que importa para nosotros no es la cantidad de fuerza, sino su corriente, que no nos desenergiza. La capacidad de estar en contacto con la fuerza nos permite conocer el espacio, o incluso los espacios. El acceso a la fuente de poder es el acceso a la realidad, en la que no hay nada que rebaje nuestra naturaleza, nuestro espíritu.