La Fuerza rúnica
La existencia humana es una especie de programa. Leer y descifrar información es un aspecto importante del desarrollo, que consta de dos condiciones: la capacidad de leer y la capacidad de descifrar. Aprendiendo a leer, podemos mejorarnos, modificar nuestro programa.
Lo que modifica el programa representa el poder, y en el caso de las runas es el poder mental. Al principio, la fuerza que llevamos dentro está enrollada según el esquema de nuestra existencia. Es importante aprender a desplegarla, llenando la tensión rúnica, para que al plegarse quede al menos enriquecida, tonificada. Esta peculiar ingeniería rúnica es importante para mejorar la naturaleza humana, la capacidad de operar procesos tanto racionales como irracionales.
Cada runa tiene una conexión con la conciencia del espacio, está integrada en él. Para mejorar la estructura celular del cuerpo con la ayuda de la fuerza rúnica, es importante “poder apuntar al objetivo”, formando las condiciones de conexión en forma de tensión en una de las 12 cadenas o 24 campos de información. Este objetivo es el núcleo de la célula, y al concentrarse en él, el núcleo es capaz de duplicar su tamaño, formando su propio campo de tensión. Los núcleos celulares están divididos por tótems. Cada tótem representa un poder diferente. El tótem es el principio organizador integrado en nuestro organismo.
En nuestro cuerpo tenemos 24 condiciones de señalización que reciben órdenes de las células cerebrales. Tenemos 24 objetivos en el cerebro, que forman una red de conexiones con todo el cuerpo. Corresponden a las 24 runas del Futhark Superior, el sistema rúnico. Cada par de runas forma un taladro rúnico que puede cambiar la naturaleza. Y lo más importante es adquirir la capacidad de manejar este taladro. Este proceso se caracteriza no tanto por la exposición, sino por el desarrollo del control mental. Al hacerlo, se desarrolla un poder rúnico capaz de editar nuestro poder mental.