La Unidad del Cielo y la Tierra

De acuerdo con el concepto taoísta, en la naturaleza prenatal del hombre moderno, la conexión de los tiempos se rompe, como resultado de lo cual el hombre no expresa en su vida lo que nos ha sido asignado por el Cielo. El practicante de la alquimia taoísta necesita sacudirse la energía pesada y formar cadenas de energía nuevas y mejoradas.

Esto lo facilita un estado que es uno de los fundamentos del proceso de desarrollo en la alquimia taoísta, y se llama Unidad del Cielo y la Tierra (Tian Di He Yi, 天人合一). Es una cierta cualidad que caracteriza el estado de sintonía con el Límite Supremo, y expresar esta cualidad requiere escapar de la dependencia de la energía bruta.

La sintonización con el Límite Superior puede lograrse mediante el arte del Murciélago (feixing fu shu), una práctica que, si se cumplen todas las condiciones necesarias, permite obtener el elixir del Resorte Oculto (Da Chun Tian Jin Dan). Asimismo, esta práctica contribuye a la formación de la conciencia perfecta (Zheng Zhi Fa Yu Ji Chu).

La base de este trabajo es un esfuerzo especial de conciencia, que se describe como la unión del Cielo y la Tierra y se correlaciona con el poder mental producido en esta práctica, que se asocia con el nombre del inmortal Zhang Guo Lao ( 張果老). El Arte del Murciélago revela las funciones de la energía jing y shen, formando una dirección para profundizar en la práctica.

En la tradición taoísta, el murciélago simboliza el proceso de renacimiento y sintonización mental para mantener el proceso alquímico. Además, la imagen del murciélago caracteriza un estado de dominio consciente (mental) en la práctica, que da lugar a un estado cerebral que permite controlar no sólo el cuerpo, sino también el espacio.

En el contexto de la práctica, esto significa desarrollar habilidades y esfuerzos poco característicos del estado base del cerebro, lo que en última instancia conduce a comprender la naturaleza de la disolución del cuerpo, un proceso de transformación.

El Arte del Murciélago permite la formación del elixir de la Ingravidez, que facilita la huida de la dependencia de la energía pesada. Gracias a la energía natural (a saber, el auripigmento y el realgar) se forma un disolvente alquímico (el vinagre), que ya en la primera etapa de la práctica cambia las propiedades de la energía Qi-Jing a Qi-Shen.