Matemáticas del Aroma

Escuela Perfumista con Shaaban, autor del libro “Perfumista”

El olor es un sistema cerrado y no siempre refleja la comprensión habitual de olfato. Cada fragancia representa una fórmula física o matemática: un sistema de electrones y nubes de electrones que otorgan permanencia y estabilidad a las moléculas. El olor provoca una reacción en nosotros, con las ondas del olor actuando sobre el cerebro, y esta interacción de ondas del olor crea en nosotros una onda inversa (es decir, desde el cerebro hacia el olor).

La gama de ideas y percepciones de las ondas de aromas es muy amplia, lo que, por un lado, permite construir una clasificación clara de los aromas y, por otro, establece requisitos específicos para su percepción. Cada fragancia es en realidad una espiral, o una vuelta de espiral. Un sistema conectado (si se considera desde la posición de las neuronas olfatorias) y un sistema complejo (si se considera desde la posición del cerebro).

Tales son las ideas de San Pío, quien considera la fragancia un don espiritual. Aquí la fragancia se asocia con la esencia creativa, una especie de fragancia de lo sagrado. Por lo tanto, cada perfumista tiene una actitud específica hacia el sistema aromático, reflejando tanto el plan de percepción racional como el irracional del aroma.

Así, además de que la fragancia tiene una estructura cíclica (que mantiene la onda, el matiz), nuestra conciencia humana también tiene un potencial cíclico, gracias al cual puede gestionar y mantener la fragancia en la conciencia. Pero el ciclo o circuito cerrado de la conciencia depende del tipo de neuronas que se formen en el cerebro. Es un proceso de hibridación, que es análogo a la construcción del aroma, es decir, para el pensamiento aromático, la fijación aromática o el razonamiento.

Tanto la molécula aromática como la neurona deben tener una estructura cíclica. Son un voluminoso sistema complejo cerrado que puede crear volumen y aroma. Este proceso estable es un conjunto de propiedades estructurales y energéticas que poseen o permiten la ciclicidad y tiene un gran impacto sobre la naturaleza del hombre y el espacio.

En la antigüedad, el aroma ha sido la clave para comprender la naturaleza de un campo en particular y su integralidad. Para la humanidad, la fragancia es también el primer templo, utilizado tanto para el almacenamiento como para la comunicación con el espacio. La comprensión del aroma abarca todos los procesos cíclicos sostenibles: vapores de la tierra, ionización del aire, aromas de plantas, quema de resinas.

El aspecto primordial más importante en la historia de la fragancia está relacionado con la fragancia del espíritu humano, que debe ser nutrido y mantenido. La comprensión del aroma recibió un desarrollo interesante entre los alquimistas árabes: lo vieron como una oportunidad para purificación y fusión con lo superior, una especie de dieta para purificar la mente.