El Camino de la Mujer

El Camino de la Mujer tiene un significado espacial general, y no es solo determinada particularidad. En las leyes de nuestro espacio la mujer representa esa plenitud posible y dada por la naturaleza que puede llevarse y realizarse en las condiciones de su vida. Prácticamente, resulta que la mujer se encuentra en un estado de conflicto entre su mundo interior y el exterior, y viceversa.

Y si en la infancia (digamos, antes de los 12 años) toda su naturaleza se basa en la protección de su mundo interior, entonces ya a los 14 años su vida interior se desempaqueta y muchas cosas comienzan a ser determinadas por las pautas formadas por la educación y mentalidad. Si el desarrollo de una niña, adolescente y mujer no se basa en la naturaleza de la armonía interior, entonces no solo se altera su mundo interior, sino también el entorno externo con el que interactúa.

Por lo tanto, el correcto, o mejor dicho, el desarrollo verificado de la mujer es la condición más importante para cualquier sociedad, la cual debe estar enfocada principalmente en el desarrollo de la mujer, y no en su explotación y en su armonía, en todos los ámbitos de la vida de consumo. Resulta que no se puede hablar de desarrollo sin darle al desarrollo de la naturaleza femenina un estatus especial.

Por supuesto, cuando se habla del Camino de la Mujer, es peligroso reducir todo a definiciones y discutir el tema desde posiciones que privan la discusión misma de sentido. Es importante entender claramente este proceso como un ciclo en el que se revela el estatus: fisiológico, energético y mental.