Ceremonia-encuentro con San Pedro
La ceremonia de San Pedro es una de las ceremonias chamánicas más complejas y exigentes de los Andes antiguos. San Pedro es una medicina muy fuerte que dura el doble que la ayahuasca.
Ayahuasca es la planta femenina y San Pedro es la masculina. Los chamanes ecuatorianos dicen que la Ayahuasca muestra a la persona lo que necesita cambiar en sí misma y le da una idea de sus problemas, mientras que la Wachuma (la bebida de San Pedro) le da poder verdadero para hacer estos cambios.
San Pedro penetra hasta lo más profundo de nuestro cuerpo venciendo las defensas de la mente y la resistencia del ego. Mientras que Ayahuasca es un viaje interior al universo dentro de ti, San Pedro es más un viaje externo que nos muestra cómo encajan otras dimensiones en nuestra realidad física y nos muestra la multidimensionalidad de nuestra naturaleza. San Pedro no afecta tanto las habilidades motoras como la ayahuasca, por lo que puedes moverte con normalidad y atender tus necesidades físicas mientras viajas con el San Pedro.
San Pedro (Echinopsis pachanoi) es un cactus columnar delgado originario de las montañas de los Andes de América del Sur (Argentina, Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú). San Pedro ha sido un elemento importante en las ceremonias espirituales de varias culturas indígenas durante miles de años. En el contexto de estas ceremonias, se sabe que la experiencia de San Pedro es empática y puede cambiar la vida, promoviendo la introspección de calidad, la curación y una sensación de gratitud interior.
Tradicionalmente, San Pedro se consumía solo o con otras plantas en una bebida ceremonial especial. Es importante hacer la ceremonia con esta planta, con un curandero calificado. Estas ceremonias suelen durar toda la noche y se repiten durante varios días. Los chamanes curanderos pueden usar otras plantas además de San Pedro.
Tradicionalmente las ceremonias se llevan a cabo en el “altar de la curación”, en una colina especial cubierta con varios objetos de poder: artefactos antiguos, piedras, signos, etc. Por lo general, se diferencian en tres zonas o campos, de acuerdo con su alineación energética: positivo (dar vida), negativo (quitar la muerte) o neutral.
Antes de tomar San Pedro, los participantes en la ceremonia se limpian con un “baño de florecimiento espiritual” y, a menudo, inhalan tabaco. Después de eso, curandero prepara y sintoniza cada participante.
Pase lo que pase durante la ceremonia, todos los efectos beneficiosos se suelen atribuir a la planta y no al curandero o chamán. Se considera al curandero como el intermediario “activado” por el cactus para estimular los cinco sentidos del paciente a través de la música, los aromas, los símbolos y otros elementos rituales.
Durante la ceremonia, las diferencias entre el cuerpo y la mente pasan a un segundo plano. Los curanderos pueden reconocer las causas médicas de la enfermedad e incluso poner en práctica los productos farmacéuticos, pero por lo general van más allá del formato puramente físico en busca de la base espiritual subyacente de la enfermedad.
Los investigadores modernos tienden a formular esto en términos psicosomáticos, considerando la enfermedad como una forma de pensamiento y la acción de la planta como una oportunidad para ver el origen de su propia enfermedad sin juicio o interpretación por parte de otros.