Da Vinci (Daniel Ivanov)

Experiencia práctica — desde el año 1998

Desde su adolescencia, Da Vinci (Daniel Ivanov) estuvo interesado en el desarrollo práctico. Fuertemente atraído por las artes marciales, teniendo solo 9 años comienza a practicar judo, una de las pocas artes marciales permitidas por el gobierno de Bulgaria en su momento. Encuentra un maestro que no enseña de la manera tradicional, sino incluye muchas prácticas adicionales, tratando de enseñar como en algunas escuelas de Asia. Por lo cual, desde entonces empieza a estudiar Yoga, Tai Chi, Aikido, fundamentos del Taekkyeon, Zen y se interesa por Castaneda.

Una vez, inesperadamente, durante una conversación con su profesor de dibujo, recibe información sobre la medicina china y la acupuntura. El profesor muestra algunos puntos. Cuando Daniel regresa a casa, encuentra a su padre con un fuerte dolor de cabeza. Queda muy sorprendido e impresionado cuando, después de presionar los puntos aprendidos durante el día, el dolor de cabeza desapareció muy rápidamente. Esto despierta su interés por este tipo de tratamiento y lee todos los materiales que puede encontrar.

Posteriormente se gradúa en Kinesiterapia y al mismo tiempo en medicina china con profesores chinos que venían a enseñar en Bulgaria. Luego de su salida del país, fue elegido por ellos para continuar enseñando en el mismo país.

Debido a que su máxima es que “El hombre está vivo mientras aprende”, continúa estudiando diversos métodos de tratamiento y diagnóstico como: diagnóstico del iris, naturopatía, diagnóstico y tratamiento del aurículo, aromaterapia, homeopatía en el Colegio de Londres, osteopatía, entre otros.  También continúa estudiando diferentes estilos de artes marciales chinas, japonesas y otras con diferentes maestros.

Con el tiempo, se da cuenta de que, para profundizar el desarrollo, hay algo que falta tanto en las artes marciales como en el yoga. Nota que al practicar ambos al mismo tiempo, se obtienen vivencias peculiares y se logran ciertos cambios. Así que intenta combinarlos, pero no logra la combinación necesaria. Habla con varios profesores que le dicen que eso es imposible.

Posteriormente, en 1998, se encuentra con los primeros libros de Oleg Cherne, afortunadamente publicados en Bulgaria, en los que descubre que su autor daba conocimientos taoístas y era el único en hablar sobre los temas que tanto le interesaban. Por lo tanto, en el año 2003 comienza a practicar en el INBI, donde se enseña el Método como una combinación única de conocimientos sagrados a través de los cuales una persona puede lograr un desarrollo verdadero.